Empresa, Motivación, Sistemas de Trabajo
Exactamente como los humanos, un negocio puede tener serios problemas de salud de vez en cuando. Si eres propietario de un salón de belleza, o spa, conocerás esa sensación de malestar que produce la idea de que las cosas no estén marchando en la dirección correcta. Si tu negocio es sano, tú también te sentirás en forma; de lo contrario, te sentirás preocupado y estresado.
Puede que en este momento estés experimentando problemas en tu negocio. Con este artículo esperamos poder ayudarte contestando a la pregunta: ¿Qué hacer cuando tu negocio va mal?
Antes de todo, tienes que pasar a la acción e intentar resolver los problemas principales. Aquí empieza lo difícil: no importa lo grande o pequeño que sea el arreglo que se necesite; arreglar algo significa cambiar algo y los cambios pueden producir más estrés. Además de eso, entra en juego el miedo a empeorar las cosas y las miles de dudas que acompañan una decisión importante.
Las dudas, y los miedos, no sirven de nada; así que sigue estos seis consejos y serás capaz de volver a tener las riendas de tu negocio y recuperar tu bienestar.
1) Arregla antes lo peor: La peor parte del problema es la que se tiene que arreglar antes; lo demás puede esperar. Es cierto que arreglar grandes problemas puede generar mucho miedo, pero recuerda que son estos los responsables de la “enfermedad” de tu negocio. Cuanto más pase el tiempo, más difícil será solucionarlos.
2) Levántate y lidera: Los grandes problemas suelen generarse cuando no te sientes bien. En ese momento no estás en condiciones de liderar correctamente tu equipo y gestionar eficazmente el negocio. Vuelve lo antes posible a la acción y demuestra a tu equipo que estás decidido a solucionar lo que va mal.
3) Estudia un nuevo camino: Arreglar problemas significa estudiar un nuevo camino para tu empresa. Lo más importante es, sin dudas, hacer partícipe a todos los miembros de tu equipo del cambio. ¿Adónde irá la empresa de hoy en adelante? Se podría decir que este nuevo camino se traduce también en una nueva visión. Crear claridad es la mejor manera de eliminar la incertidumbre.
4) Comunica como nunca los has hecho antes: Compartir con tu equipo tus ideas, opiniones y pensamientos es una parte fundamental del proceso de cambio. La comunicación es muy importante en una buena estrategia hacia el éxito, pero cuando se trata de solucionar un problema, se convierte en algo imprescindible. Sin una comunicación eficaz no puedes esperarte ayuda y apoyo de parte de tus empleados. Además de eso, la comunicación te permite adquirir mayor confianza en ti mismo y en los demás. Ser transparente y sincero siempre tiene su recompensa.
5) Deshazte de los demás pequeños problemas: Una vez empezado a solucionar los problemas más grandes, aprovecha para deshacerte también de los problemas secundarios. Involucra el equipo al completo en este proceso de solución.
6) Aléjate de los días malos, pero no los olvide: Cuanta más distancia pongas entre los días malos y tú, mejor. Sin embargo, cuando se hacen progresos se tiene la impresión que los problemas se hayan solucionado por completo. No caigas en la trampa. A veces los problemas parecen solucionados, pero necesitan más tiempo para que lo estén realmente. Recuerda siempre los días malos, porqué son estos que te ayudarán a mantenerte siempre atento y a no cometer los mismos errores.